




Esta obra inscribe en su fábula la historia de un amor solitario, incomprendido, empujado al límite y cuyos gestos solo aprenden de la oscuridad del dolor y de la palabra instructiva que le confía. Tal como lo señala el poema: Atracción: Dos átomos equistantes se avalanchan sobre un vértice de respiro constante. Vaciándose en la magia de un grito de azar, se imantan sin límite en el soportar de la muerte.
Así la página se abre a la locura equilibrada del coito; poema: Espejo del instante: Atrapar el lenguaje de un instante es igual a morder mis días junto a ella. Es la alquimia secreta de la inmortalidad subastada. Es sentir la delicia del paraíso en las manos de la noche...
Esa nerviosa actitud de los cuerpos al momento de la entrega es ahora lúcida, súbita y desafiante, porque aborda las relaciones íntimas de parejas y los conflictos que surgen entre ellos, la sensación incompórea de amar ya no es un papel cerrado: es un espectáculo para el ojo...y todos somos parte de este espectáculo concluye el expositor.

El poemario posee un comentario en la contraportada de José Acosta y Julio Adames. Dentro del evento también participaron Eduardo Dguez, Dionicio Hdez., Graciela Pérez y Yilenia Cepeda, amigos poetas que estuvieron junto a Tomás declamando sus poemas. En el acto se escuchó además bellas notas de violín tocada por Nairolis Abreu. Así mismo se pudo escuchar de forma magistral al destacado artista oriundo de este pueblo Raffy Matías con la canción Serenata (poema inscrito en el poemario Deseo in vitro de Tomás Abreu y música de Amado José Dguez).

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