El país tiene todos los elementos para que la economía naranja, nombre que define las industrias culturales y creativas, sea transformada en un motor de desarrollo económico, de acuerdo con el director del Fondo de Desarrollo de las Telecomunicaciones, Neil Checo.

Sobre la industria 4.0 o cuarta revolución industrial, también abordada en la actividad, Checo explicó que es una nueva era que da un salto cuantitativo y cualitativo en la organización y gestión de cadenas de valor.
“Esta nueva etapa apuesta por una mayor automatización, conectividad y globalización. Vemos que la interrelación entre distintas áreas, como productos, procesos y modelos de negocio, ha penetrado en el mundo industrial trayendo consigo al IoT (internet de las cosas) y el mundo de Big Data y Analytics”, expuso.
En los talleres y ponencias, efectuados en el Centro Indotel, María Claudia López Sorzano, de la Secretaría de Cultura de Bogotá, disertó sobre la economía naranja como eje de desarrollo; Andrés Bernal, de Palo Alto, explicó cómo construir un emprendimiento escalable basado en la economía naranja.
En tanto, Julio García, de Innovation Strategist, abordó la industria 4.0: nuevas tecnologías aplicadas a entornos locales y la biotecnóloga Cristal Mixcan Martínez, el fundador de Livo Guilherme Freire, y Tuto Assad, CEO Vitau, hablaron en un panel de su trayectoria como emprendedores.
Los conferencistas estuvieron abiertos al diálogo y al intercambio de ideas, e interactuaron con los asistentes.
En ese sector creativo tienen cabida profesionales de áreas tan diversas que van desde escritores, diseñadores y actores, hasta académicos, ingenieros, programadores o arquitectos, entre muchos otros. Todos ellos forman parte de la Economía Naranja y, por tanto, ayudar a consolidar estas profesiones es también la vía para consolidar el sector.
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